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  • José González Veites (1957- )
  • En Rojo,1983
  • Acrílico /Tela
  • 120 x 140 cm
  • icono bandera México​

Reseña

En esta obra de José González Veites se puede apreciar la enorme influencia que tiene del Action Painting americano. Los manchones, el chorreado y goteo al azar son elementos esenciales de esta corriente artística. Existe una división parcial del lienzo por medio de unos trazos sutiles que dividen en rectángulos un parte importante de éste. Encima de estos trazos aparecen unos grandes manchones de un color rojo sobre un fondo gris azulado. Sobre el color rojo encontramos otros manchones al azar de color blanco que contrasta con el todos los colores de la obra. Las pinceladas son largas y sueltas, son como brochazos realizados al azar. La paleta consiste en el contraste de colores cálidos: el rojo, con colores fríos: el azul, el blanco y el gris. Los manchones y el goteo nos provocan la ilusión de textura y una superposición de planos.

Biografía del autor

En 1977 estudia en la antigua Academia de San Carlos y años más tarde trabaja en España en el taller de Emilio Vedova. Llega al abstraccionismo a través de la geometría, y rompe esta estructura con el gesto y los raspados a los que somete al lienzo buscando capas de color. Su pintura exige mucha paciencia y él sabe esperar, el tiempo de secado es parte de su cotidianeidad. Desde 1979 exhibe obra en México particularmente en exposiciones periódicas en la Galería de Arte Mexicano y en el extranjero en eventos tales como «Parallel Project» Nueva York (1990) y Europalia, Museo de Bellas Artes de Charleroi, Bélgica (1993) entre otros. González Veites se dedica al geometrismo porque recién ingresado a la academia, estaba el auge en el geometrismo mismo que él define como un juego entre una geometría más suelta y una abstracción muy lírica, más expresionista. Su preocupación es representar el espacio a través de las texturas pero sin volumen, totalmente liso. Juana Gutiérrez Haces, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas dice: “Este ir de lo variado, de lo general, de las experiencias múltiples, a lo singular a lo únicamente pictórico se hace evidente por encima de todo en la belleza de las superficies pulidísimas de las pinturas de González Veites. La capa de pigmento – color – espacio – forma es lisa, casi esmaltada, el contraste que hay entre la ilusión de textura, escurrimiento, goteo, rayón, etc. con lo absolutamente bidimensional del material pictórico sólo provocan en el espectador la sensación de estar frente a la misma piel de la pintura…”