Más de SURA

  • Rosario Cabrera (1901 – 1975)
  • La Dama de los Ojos Verdes,1930
  • Óleo /Tela
  • 47.5 x 55 cm
  • icono bandera México​

Reseña

«La Dama de los ojos verdes» tiene una influencia de Ramos Martínez con cierto amaneramiento y un abandono distante del modelo otorgado por su elegancia aristocrática y la fragilidad de su belleza. La mujer representada en el cuadro lleva un peinado que se utilizó durante los años treinta con el vocablo francés «à la garçonne». El maquillaje lo utilizaban pálido y adelgazaban sus labios con trozos delgadísimos de carmín. La blancura del vestido, que cae desde sus hombros, con algunos pliegues, entona con la blancura de su rostro. Los temas que más aborda Rosario Cabrera son: el paisaje y el retrato. En sus retratos trata de llegar a la forma pura, a la expresión, al carácter y al espíritu del personaje. La dama contiene una enorme carga emocional, de mirada intensa y sumamente profunda que se acentúa aún más por el dramático hieratismo. El fondo de la pintura se ajusta a la sobriedad general de la pieza. Sus pinceladas con densos empastamientos y su cromatismo van de los tonos cálidos (como son el verde y el café) a los fríos (el blanco, el azul y el gris).

Biografía del autor

Nace en el seno de una familia cultivada. A la muerte de sus padres se traslada, junto con sus hermanos a vivir con una tía. La vida no fue fácil para Rosario pero creó un carácter fuerte, sólido, capaz de enfrentarse a todo y a todos. Desde muy temprano se despertó en ella el afán por dibujar, y revela cualidades en el concepto de la línea sutil, sensible y una marcada tendencia hacia el retrato. A la edad de 15 años, Rosario ingresa a la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1916. Tuvo de maestros a Saturnino Herrán, Germán Gedovius, Leandro Izaguirre y Alfredo Ramos Martínez entre otros. Sus buenas calificaciones contribuyeron a que se le otorgara, en 1918, una pensión de treinta pesos mensuales por parte de la Universidad Autónoma de México. En 1920 es galardonada con diploma y medalla de plata al talento y la aplicación, otorgada por la UNAM. Un año después participa en la XXVI Exposición de Bellas Artes de la Academia de San Carlos con cinco obras. También realizó su primera exhibición individual con 50 cuadros entre pinturas, dibujos y aguafuertes. Rosario Cabrera conoce al Dr. Atl y a Nahui Olin; de él toma la técnica de los Atl-colors y la utiliza para algunos retratos. La obra de Rosario comienza a surgir y su nombre es manejado entre los conocedores de arte. En 1924 sale para Europa, pensionada por la Secretaría de Educación Pública, con el propósito de recorrer los centros más importantes del arte europeo y así afianzar su capacidad creadora. Del 14 al 24 de diciembre de 1925 presenta con éxito su primera exposición individual en Europa, en la Galería Chez M.M. Bernheim-Jeune con diez paisajes, nueve estudios, siete retratos y dieciséis aguafuertes. Rosario se convirtió en 1928 en la primera y única pintora en México que dirige dos Escuelas de Pintura al Aire Libre, (una en el pueblo de Los Reyes, en Coyoacán, y la segunda en Cholula, Puebla). Esta vocación de maestra fue constante hasta el final de su vida, y exigió la integridad en la formación de los jóvenes dentro del magisterio nacional. En 1929 participa en la Feria Iberoamericana de Sevilla y en la exposición de pintores de 30-30 con grabados en madera. Posteriormente, en 1931, Rosario contrajo nupcias con el Licenciado Rafael Casillas Arroyave en el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe de la Paz. En 1967 la Comisión Nacional Mixta de Escalafón SEP-SNTE le otorga la plaza de inspectora de Enseñanzas Artísticas. En 1972 recibió en la ciudad de Querétaro la medalla y el diploma «Maestro Ignacio M. Altamirano» de manos del expresidente de la República Luis Echeverría Álvarez. A diferencia de Frida Kahlo y María Izquierdo, Rosario Cabrera se instruye rigurosamente en los espacios tradicionales de la Academia pero, al igual que ellas, su paradigmática sensibilidad la sumerge en el inagotable mar de rostros, tradiciones y temas populares. Rosario es una mujer multifacética, rica en contrastes y texturas. En su obra resalta no sólo su sentido cromático, sino también su pincelada cargada de materia jugosa y densa, formando con ella una especie de molde escultórico.