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  • Guillermo Gómez Mayorga
  • El Peñón,1930
  • Óleo /Tela
  • 40 x 70.5 cm
  • icono bandera México​

Reseña

«El Peñón», es una vista del Valle de México desde el Peñón de los Baños, que rinde culto ferviente a la luz, como prodigioso acorde, que sostiene la marcha clara y precisa de la melodía en la composición y el color. Lo más interesante es la maestría con la que ha dividido el espacio y las diferenciaciones cromáticas, acentuando cada una de sus partes hacia un magistral efecto de la lejanía. Su pincelada, suave y corta, la ejecuta con gran destreza, dando mayor énfasis en los volcanes y en el contraste de luz y sombra que en el primer plano, en el que se representa el paisaje del Peñón desolado y melancólico, características que se reflejan de igual manera en la solitaria figura femenina, imagen del abatimiento y la pobreza. La figura es también una manera de mostrar al espectador una escala de lo grandioso del paisaje.

Biografía del autor

Guillermo es uno de los máximos exponentes de la pintura poblana de finales del siglo XIX y principios del XX. Estudia en la Academia de Bellas Artes de Puebla al lado de Francisco Morales Van Der Eiden. El tema principal en sus pinturas es el paisaje, en innumerables ocasiones reproduce los volcanes del Valle de México, sobre todo bajo la luz crepuscular. Gómez Mayorga es becado por el presidente Madero para continuar sus estudios en la Academia de Bellas Artes de México, donde tiene de maestros a José María Velasco, Germán Gedovius y Tiburcio Sánchez, entre otros y comenzó a pintar en 1910, exactamente al comienzo de la Revolución Mexicana. Posteriormente perfeccionó sus estudios en Francia e Italia, especializándose en el género del paisaje. El trabajo de Mayorga comprende una diversidad de temas, que pintó en más de mil óleos. Entre ellos los paisajes de la Sierra Nevada, una cadena montañosa formada por los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Xochimilco es otra inspiración suya, un testimonio del reciente pasado de México que nunca más se verá. Las flores y frutas de intensos colores e iluminaciones son otro de sus temas preferidos. Las flores que él pintaba son muy vívidas, como buganvilias u otras en los jardines de Xochimilco, o algunas puestas en jarrones de Talavera y en ollas de arcilla. Capturó como nadie los misterios del mar, sus olas, sus tempestades y la luz del sol que aparece o se esconde, con esos colores efímeros que sólo se ven en la corta transición entre la noche y el día. Sus nubes abrazan todo las tonalidades, y su mayor genio se manifiesta indudablemente en su tormentoso cielo. Las iglesias eran un tema favorito de Guillermo Gómez Mayorga. Junto con Joaquín Clausell, Gómez Mayorga está entre los pintores que sintieron también el embrujo del Impresionismo. Su obra no es muy extensa y la mayoría se encuentra en el extranjero.